Para una cultura sin comercio

Nos encontramos ante una oportunidad de oro para desvincular definitivamente la cultura del comercio. Venimos de años de contaminación mediática y académica, que nos han insuflado productos culturales para estúpidos, en el caso de la primera, y para culturetas, en el caso de la segunda. La tele de pocos canales y grandes audiencias, los diarios de masas, los locutores de radio estrellas de la mañana, el TN’s selectivos y supeditados a los grandes Lobis etc … empiezan a tener un competidor serio: twitter, facebook, blogs, foros, webs … que a su vez también compiten contra los grandes canales académicos que ya no poseen la propiedad absoluta de la verdad. Ha llegado la era de la verdad absoluta de la propiedad, la propiedad privada de opinión, del valor real de la suma de las propitats privadas de las opiniones de miles, millones y billones de personas que de repente pueden sumar ‘me gustas ‘,’ trending tópicos ‘, retuits … De repente, nos encontramos en las narices un nuevo fenómeno de relacionarse con la cultura, la vía directa. Alguien encuentra algo creativo en Internet, lo consume y si le gusta lo comparte, si el producto es bueno, se propaga, si no, se pierde en la inmensidad, no hay intermediarios interesados, no funcionan las estrategias de marketing, si pruebas de ‘autopromocionarse tiene a través del autobombo no te’nn sales, quedas como un prepotente porque es tu lector, tu admirador, tu seguidor, tu follower, quien te promociona, es la vía directa, la relación no tiene intermediarios, eres tú y tu público.

Podemos encontrarnos ante un cambio de paradigma, pero también corremos el riesgo de seguir enclaustrados en la dinámica onanista que durante años nos ha impuesto la industria cultural. La red nos abre la posibilidad de potenciar la relación entre artista y público. Algunos escritores han encontrado en la autoedición la mejor manera de difundir su obra, algunos músicos han colgado su trabajo en Internet y han obtenido popularidad para conciertos y bolos, compañías de teatro independiente hacen uso de la red para difundir su trabajo … la gente empieza a pasar de las recomendaciones absolutamente interesadas de revistas de música con participación empresarial en sellos multinacionales, de críticas de libros en periódicos con acciones en editoriales y de programas de televisión creados por productoras con escritores mediáticos y colaboradores vinculados a editoriales, la gente, no es tonta y sabe que los premios literarios, musicales, de cine, de pintura, de escultura, de cómic, de teatro obedecen a estrategias de marketing que trazan previsiones de venta de productos culturales concrees donde la calidad es un factor secundario. Es por este motivo que cada vez más todos confiamos más en lo que nos recomienda un amigo de confianza en Facebook, un blogger auténtico en su espacio freak de reseñas, un seguidor nuestro de Twitter, un autor de confianza del que hemos leído fuerza cosa y seguimos su perfil en una red social exclusiva para freaks del pulp etc …

Y sin embargo hay que ser prudentes y obstinados, las referencias que se puede extraer de la red, pueden estar también manipuladas. Algunos creadores han llegado a convertirse en auténticos Lamer y auténticos generadores de spam cultural, publican poemas en su muro de Facebook y obtienen críticas exel.lents de sus amigos, – todos sabemos que nadie critica nada en Facebook -, enviamos mails anunciante próximos proyectos, hablan de sus propias creaciones y cuelgan links de bloques freeaks que los han entrevistado, hay que tener mucho cuidado con estos personajes, se valorará también la humildad hipervínculo, esto es: sancionar el exceso de autobombo virtual, analizar los me gustas y valorar sólo los dede las personas menos vinculadas, estos son los auténticos, siempre y cuando no exista detrás una intención de feedback, de regreso por algún producto propio recién creado y falto de like it ‘s. Hay que premiar las citas a ciegas de hipervínculo, o sea, aquellas recomendaciones hechas por gente sobre un creador que no tengan ninguna vinculación de amistad o comercial con él. También debemos ser lo suficientemente maduros para poner en cuarentena ciertas opiniones mesiánicas: corremos el peligro de que se generen grandes gurús de la opinión en la red, que la gente, debido al volumen ingente de material que existe y el poco tiempo para dedicarse a la investigación, acabe confiando en páginas monográficas gestionadas por expertos untados por la industria, es un riesgo, así que necesitamos recomendar al usuario de la red, una hora al día dedicada exclusivamente a la investigación, y no por Google, – que cada vez tiene más sesgo comercial – sino por el simple viaje a través del hipertexto, del ‘abrir en ventana nueva’, lo que hemos llamado en otros espacios de este bloque: la búsqueda divergente.

El mundo del creador ha cambiado, ahora ya no es tan esencial encontrar un difusor, ahora el trato se puede saldar directamente con el público, aprovechémoslo, dejémonos seducir sólo por el texto, sólo por la música, sólo por la pieza visual , olvidémonos de si encabeza lista de ventas o apariciones en los medios de comunicación, trabajamos por una cultura desligada del comercio, una cultura libre.

Deja un comentario